No son las reflexiones de Fidel, ni las lienas de Chavez; pero si los pensamientos de Tulio...
viernes, 28 de febrero de 2014
☮ Pєα¢є Lσνє Aη∂ Aят ♥: El Arte y La Tauromaquia
☮ Pєα¢є Lσνє Aη∂ Aят ♥: El Arte y La Tauromaquia: Artistas Relacionados con el Tema CRETA ANTIGUA, TAUROCATAPSIA O TAUROKATHAPSIA LA ACROBACIA TAURINA ( el origen de la corrida de... Por Maria Nazareth Rojas Parra
ODA A UN 27, 28…A UN HOMBRE, A UNA MUJER
ODA A UN 27, 28…A UN HOMBRE, A
UNA MUJER
Llegaba el amanecer, los días parecían
despiertos y felices, hombres y mujeres corrían por las calles, aceleraban su
paso para cumplirle a la vida, a la familia, al país; pese a que la madrugada se
negaba a dejar entrar aquel momento tan particular en la vida del venezolano; sin
detenerse en el punto donde el principio y el fin, el alfa y el omega por la
vida misma en su diario ir y venir se encuentran para siempre en la misma
calle, el mismo barrio, el mismo lugar. Luego el sol ya no sonreía, y aquel
invento divino que parecía celebrar la llegada de una nueva esperanza, un nuevo
panorama político que deslumbraba desde el alba, desde el trono, se fue
apagando lentamente hasta desaparecer por varios días, por muchas horas, y
todavía sus lágrimas corren por las mejillas de madres, de padres, de hermanos,
de hijos, de amigos de quienes, sin haberse marchado, salieron para no volver. La
vida fue envuelta por una espesa nube que
pasó despacio, terriblemente despacio, y comenzó a llenar los rincones, la
gente observaba con tristeza, luego decidió actuar, algo había cambiado: el
color del día se tornó rojizo, y comenzó a llover balas sobre todos y todas las
personas, y el llanto se apoderó de la ciudad, del país, de la vida, de la
tierra bolivariana que desde entonces reclama sus muertos, sus mártires; esos
que se alejaron sin querer, para no dejar sus nombres en lápidas, para quedar
por siempre en el corazón de la patria; para no olvidarlos. Los medios de
comunicación amarillistas lo llamaron “Caracazo”, “El Día que Bajaron los
Cerros”, “El Mirandazo”... Con el nombre, pero, sobre todo con los títulos, quisieron
justificar los hechos; sobre todo la injusticia cometida contra un pueblo sólo
reclamaba cuanto le pertenecí: trato justo, reconocimiento, respeto, dignidad. Aún
recuerdo el dolor que a lo lejos sentí, los disparos fueron el eco que segó la
vida, cuando desde Miraflores se dio la asesina orden de disparar contra el
pueblo, el toque de queda que nos disparó a mansalva cuando éramos jóvenes, el
militar, el político, el responsable que aún celebra la tragedia porque el
silencio sigue deambulando por la historia tocando la puerta de la justicia que
la revolución abrió de manos de su gran comandante para que desde lo más hondo
de la fosa, que ya no es común, porque todavía no sabemos donde están las que
no conocemos, se escuchen los gritos de los vivos que reclaman la voz de sus
caídos, y por siempre se acalle el pesar que aún palpita en el alma de quienes
25 años después recordamos el 27, 28 de febrero y en marzo 1, 2, 3, 4,5,6,7,8…
que vuelve cada año a decirnos en alta voz: no son 300 ni 3000 sino más, más; pero
dónde están, dónde están, dónde están…No te canses justicia, no te canses
gobierno bolivariano porque la sangre derramada sea purgada con la ley, sin
venganza, con ley, con la ley. Sólo así podríamos respondernos de qué se trata la
vida hoy cuando la ultraderecha sigue matando a nuestro pueblo revolucionario que
sólo quiere seguir vivir viviendo y construyendo la idea socialista por la que
dieron su vida para hacer despertar a un gigante que se convirtió en semilla, canto,
poesía; pero, sobre todo, esperanza: Hugo Chávez
¡Vivan los caídos! ¡Vivan los mártires! ¡Viva
el 27F!
lunes, 24 de febrero de 2014
LA PROTESTA “PACÍFICA” BURGUESA
En la
historia política venezolana, puede observarse, que, generalmente, quienes han
liderado la lucha política en distintos frentes son los menos favorecidos económica,
social, académica y culturalmente: los explotados. Hoy vemos como las cosas han cambiado gracias
a la llegada de una nueva forma de hacer política, demostrada con creces: la Revolución
Bolivariana Socialista y Chavista. Lo que devino en una lucha de clases. Los burgueses
opositores ultraderechistas, - aclaro -, quienes, podríamos decir, en otro
tiempo tendrían menos que perder, ven relegados sus privilegios, situación que los
ha hecho reaccionar y protestar como nunca; actitud que sin duda ilustra de la
mejor manera que estamos ante una democracia bolivariana que definitivamente le
devolvió el valor a los menos favorecidos, si es que alguna vez lo tuvieron;
los ricos fascistas perdieron, según ellos, muchas cosas: la libertad de seguir
maltratando y dominando la clase obrera, la usura para seguir acumulando
riqueza, el poder para seguir gobernando, podría enumerar otras; pero para
muestra un botón, por un lado, y por otro porque mi objetivo es comentar lo que
he vivido en estos días de combate con el tiempo, con la maldad, con el enemigo
que actúa de noche para causar problemas, que busca dividirnos para
enfrentarnos y, lo más cruel, llevarnos a una guerra civil para ponernos en
manos del enemigo más funesto que tiene el mundo: el imperialismo
norteamericano y sus aliados. Pero claro,
eso a ellas y ellos no les preocupa ni les interesa, pues están casi seguros
que como dice la palabra, y disculpen la mala comparación, las bombas y el
terror separarán a los chavistas de los demócratas y al final sólo quedarán los
buenos, los que habiéndose arrodillado al Norte, vivirán felices para siempre. ¡Ojo
no es un cuento de hadas! Afortunadamente, como dice el refrán, no hay mal que
dure cien años, y el bien revolucionario cubierto de pueblo soberano,
socialista, chavista y digno libertador como el padre Bolívar logrará transformar
la historia que intenta revertir su camino hacia la suprema felicidad social como
ocurrió después de doscientos años con la llegada de nuestro comandante supremo:
Hugo Chávez. Estos días, como siempre, he salido a cumplir responsablemente con
mi jornada laboral y ante la
incertidumbre de si había paso o no para llegar a al ciudad, me detuve junto a
un grupo de personas que ya molestas con la situación decidió darse paso, en medio de escombros, para trasladarse
a su destino o sitio de trabajo; confirmé cómo protestan los burgueses, las
armas de guerra que utilizan para generar el caos en la población. Me llamó
poderosamente la atención el
entrenamiento, la organización y la planificación que tienen estos grupos
sediciosos, fascistas, que buscan “tumbar el gobierno”, valiéndose del dinero
que aportan los magnates del negocio de la guerra; de paramilitares; y de
elementos con amplio prontuario policial; observé cómo utilizan medios que
demuestran claramente líneas de combate, ubicación en puntos estratégicos de la
ciudad para generar molestia entre los transeúntes, ocasionar disturbios; ocasionar
heridas a personas inocentes sin importar de qué lado político ideológico
estén; apoyados por expertos en la materia que sólo se ve en países con graves problemas de convivencia
social; y la vinculación de motorizados a sueldo quienes los apoyan abiertamente intimidando a
la gente, a quienes desean trabajar como muchos compatriotas del transporte
público, por ejemplo, quienes desean un país activo y dinámico, en progreso. A
esto se suma los argumentos que utilizan como parlamento estos grupos de
delincuentes son vacíos, llenos de odio, que llaman a la paz haciendo la guerra
porque así lo demuestra parte del guión que le entregan a los “estudiantes”
para que tengan al menos una respuesta ante alguna pregunta inesperada: estamos
con la paz, la libertad, el futuro; porque la protesta es lo único que nos
queda, porque nadie nos garantiza el trabajo cuando nos graduemos, porque no
hay papel y no quiero hacer cola, porque no hay harina y no me gusta el
plátano, porque viajamos en transporte público, porque no podemos comparar
vehículo, porque Maduro es colombiano (mis respeto y admiración a un gran
hombre y un buen Presidente). En fin, nada que realmente justifique una forma
tan malsana de hacer protesta. Pero el gobierno legítimo, soberano,
independiente responde con acciones, no para de trabajar por el diálogo, la paz
y la convivencia, de cumplir con lo prometido; ahora más pronto que tarde esos
mismos estudiantes que hoy protestan recibirán una Tablet, tienen garantizado el
pasaje estudiantil, se les aumentó el valor de las becas, tiene buses nuevos
para las rutas de las distintas universidades, entre otros beneficios;
alcanzados sólo en revolución. Los burgueses “pacíficos” son los responsables
de los daños que están ocasionando a la ciudad y a sus ciudadanos, colocando,
por ejemplo, trozos de madera con clavos, aceite para que no transiten
vehículos, motos, o lo hagan en medio del peligro que represente un pavimento
mojado con el fatal líquido, destrozando bienes de propiedad pública, árboles que
en plena vida son talados, para ser utilizados como obstáculos, aceras
peatonales que son destrozadas sin contemplación. Y me salta una de tantas
preguntas: ¡¿Estos son los que aspiran volver al poder para gobernar el país!? Ojalá y la justicia, única vía para derrotar el fascismo, actúe,
haga valer el derecho de la mayoría al libre tránsito, a la tranquilidad, a la
vida, a la paz. ¡¡¡Viva Chávez!!!¡¡¡Viva Maduro!!!¡¡¡Viva la Revolución Bolivariana
Socialista Chavista…!!!!
domingo, 2 de febrero de 2014
El tiempo
A
quienes piensan que el tiempo
existe
de verdad;
que
no es nuestro invento...
El tiempo
Me siento a esperar el paso del tiempo. Quiero detenerlo con mis
temblorosas manos. Observo su intranquilidad. Deseo hablarle; mejor, dialogar
con él. Me evade; lo comprendo. Insisto, voltea brevemente, posa su mirada
fugas en mi. Se ríe. Lo llamo, pero no, no logro acercarlo a mí... Veo como se
aleja sin rumbo. Perdón, va al pasado y al futuro. No sé cómo lo hace. Quisiera
saberlo. Corro a encontrarlo en la siguiente calle de la vida, sí, allí lo
conocí. Cuando era niño le dije que algún día lo alcanzaría. Entonces, el
tiempo era lento; el rápido, era yo. Ahora las cosas se han invertido: él
transcurre violentamente, vuela; mientras yo, marcho lentamente. Hoy tengo
nuevamente la oportunidad. Sin embargo me siento inseguro. ¿No sé qué me pasa?
¿Por qué le temo a quien me ha acompañado durante todo mi respirar sobre la
tierra? Con ese convencimiento voy a prisa por la senda de la existencia.
Siento que la gente me mira con curiosidad; pero me miran. Se fijan en mí, y eso es importante. Quizás se pregunten o se
digan: ese va tan a prisa que parece querer detener el tiempo. ¡Mentira! ellos
no saben quién soy; menos que... De todos modos es consolador, sí, que mi
presencia genere preguntas, eso también es bueno. Hago una pausa. Debo estar
cerca. Me detengo. Es aquí; pero... ¿por qué dudo? Fue aquí donde lo esperé la última vez
hace... años. Pero no es la misma calle. ¡¿Oh, dónde he estado?! ¿A quién le
pregunto? No, dirán que estoy loco. ¡Cómo me puede pasar esto al mejor amigo
del tiempo! Cuando niño contaba los pasos, inclusive cerraba los ojos y llegaba
al sitio. A lo mejor si lo intento puedo saber si es la calle; aún cuando le hayan cambiado de
nombre, tú sabes política, sólo política. Sí, efectivamente, esta es la calle;
este, el sitio. Aquí estoy, tiempo, soy yo; pero ¿por qué no tiene el mismo
nombre? ¿Quién osó llamarlo así? Claro, sólo mi corazón tiene miedo a aceptar
que hay coas que no cambian. Esperaré horas, días, esperaré... Siento que mi
vida se me escapas, y el tiempo no llega. Por fin, siento un aire frío que
recorre mi asustado cuerpo, y me susurra al oído.
- ¡Me esperabas, amigo!
Volteo de súbito, como impresionado. Lo miro fijamente; mis ojos se
estremecieron, y dos extrañas gotas de alegría o de pena, no sé, se reflejan en
mi pálido rostro.
- Soy yo, amigo tiempo. Viene a buscarte;
hace un momento quise hablarte y no pude.
- ¿Por qué, pequeño? Acaso esperas detenerme.
- No, no, este... no. Sólo quiero hablarte.
- ¿Hablarme?
- Sí, no te entiendo. ¿Por qué nunca te
detienes lo suficiente para conocerlo y saber más de...
- ¡Cómo puede detenerse lo que no existe! Soy
una invención del hombre que necesitó de mí, como de Dios. Así, justifica las
horas que dedica a trabajar; los minutos, a amar; los segundos, a soñar...
- ¿Y
para vivir no existes?
- No necesita de mí para eso – me respondió
con un dejo de tristeza en su mirada.
- ¿Por
qué?
- Porque no vive; se le olvidó lo más
importante: ¡Vivir!
- ¡¿Cómo!?
- Verá me dijo – mientras colocaba su brazo
sobre mi hombro y me invitaba a sentarme
sobre la acera. Todo es un invento. El hombre parece incapaz de ser él mismo.
Ahora no puede controlarme, aún así se niega a aceptar que no existo. ¡Nunca lo
aceptará!
- ¡Un momento! - le interrumpí – lo de vivir
es un hecho tan cierto que ya pasa
desapercibido por el mundo. Pero sigo sin entender lo del invento. ¡No puede
ser! Usted sólo quiere confundirme, evadirme...
- ¡Confundirte, evadirte.. – sonreía con
picardía -. No, amigo, todos...
- ¡Amigo!, como puedo ser amigo de alguien que
dice no existir, pero existe porque entonces, ¿con quién estoy hablando?
- ¡Contigo mismo, a lo mejor!
- ¡¿Cómo!?
- Escúchame... Todos tienen su
tiempo y dicen ser su dueño; pero la verdad no sé
quién
es dueño de quién.
- ¡Explícate mejor!
- Cuando el hombre decida qué es más
importante, tal vez me mantenga en el silencio de quienes pasamos
desapercibidos por innecesarios, o por
ocupar el puesto que realmente merecemos.
- ¡Continúe, por favor!
- Todos esperan algo de mí; soy presente,
desaparezco ante ti, cada vez que hablas; soy pasado; el futuro es incierto.
Sin contar con los innumerables calificativos que me han dado los hombres
sabios; sólo por una cosa.
- ¡¿Cuál!?
- ¡Controlarme!
- Yo...
- Anhelas alcanzarme, pero sólo podrás
tenerme mientras sueñes y creas que ese invento dejará de existir. Pero sobre todo, cuando descubras qué sentido
tiene tu vida y qué papel juego dentro de ella.
- ¿Cómo puede dejar de existir algo que no
existe?, según dices; pero que..
- Soy de pocas palabras porque el hombre se
ha encargado de hacerme inútil, o casi inútil, para lo realmente importante.
Pronto ya no estaré. Me buscarás con ansiedad, pero sólo podrás andar tras mi
existencia; sólo eso. No podrás esperar más.
- Pero ¿Cómo? ¿Por qué?
- Porque estoy dentro de ti; por
eso.
- ¿Cómo es eso de que está dentro de mi? Si
eso es así; entonces, él forma parte de mí y yo de él; es decir, somos uno,
¿acaso?
- A esa conclusión llegué yo
cuando..
- Pero... por qué te vas, aún no
hemos hablado lo suficiente...
- Pero, sí, de lo necesario.
- Quiero que sepas quien soy,
por qué te busco, y...
- ¡Tranquilo!, sé quién eres, y
qué buscas.
- ¡¿Qué!?
- Es más, te felicito. ¡Ojalá los hombres y
mujeres se preocuparan como tú: por mí! Este mundo que nuca dejaría de ser
maravilloso, brillaría para siempre, y, sobre todo, lograría lo más importante:
la felicidad... ¡Hasta siempre, amigo!
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