Plagio y Fraude

Es normal escuchar lo que se dice a diario sobre el  plagio y fraude. Artistas empresarios, escritores son objeto de este delito, lo cual ha llevado al legislador patrio y a las autoridades a tomar cartas en el asunto, en nuestro caso el estado venezolano legisló sobre el tema y tenemos la ley orgánica sobre el derecho de autor; sin embargo esto no ha sido suficiente ni ha acabado con el problema, pero si podemos decir que al menos se ha minimizado. El Plagio es considerado como “el acto de presentar como suyo el trabajo total o parcial sin ser su autor o autora” (Girón, 2008). Tomar ideas, frases, textos de otro autor y hacerlas pasar como suyos, también es plagio. El Fraude, por su parte, es considerado por el autor citado en su libro Anotaciones sobre el plagio como “Hacer pasar las ideas, información o expresiones de otra persona como si fueran propias para obtener buenas calificaciones u otras ventajas”. En otras palabras, ofertar, cambiar un resultado, fingir un resultado que es contrario al esperado, así como anunciar un resultado que no es fiable bajo ningún concepto. También es fraude aquel acto cuyo resultado se convierte en una oferta engañosa. Se plagia porque se carece de creatividad, ingenio, por salir de alguna situación embarazosa, por falta de capacidad o, simplemente,  por facilismo; tal vez muchos de quienes  se dedican la burda tarea de plagiar son seres maravillosos, inteligentes y creativos pero que no han descubierto el poder que tiene dentro de ellos y de la capacidad para desarrollar mejores ideas, de hacer las cosas incluso mejor que los demás. Dentro de los mecanismos que se han desarrollado para evitar este ilícito destaca el marco legal existente, como se dijo al comienzo del ensayo, que plantea pena de prisión, multas a quienes incurren en este delito; campañas publicitarias y el llamado la conciencia del lector o ciudadano que escribe o realiza una actividad, para que no caiga en el terreno de la deshonestidad. Aunque resulta muy complejo diferenciar un elemento del otro la tecnología ofrece herramientas para comprobar si un texto ha sido plagiado o no: en informática se cuenta con programas realizados para tal fin, que contribuyen en forma efectiva para combatir el delito. Sin embargo, la mejor campaña debe ser la de la conciencia, respetar el derecho de autor o hacer el uso correcto de lo textos o ideas de acuerdo a las normas establecidas.