lunes, 4 de octubre de 2010

AL DOCENTE EN SU DÍA MUNDIAL


Me detengo en este día, 5 de octubre, para mirar el cielo y pensar, para contemplar la luz en mis pupilas, para reconocer que soy parte del mundo que hoy celebra. Y reconocer a “quien se encarga del trabajo más importante del mundo”, de hacer el hombre universal y acercarlo a los demás. Sin duda, el mundo fue inventado, y ese día el docente estaba allí, por eso sabe tanto, por eso ama tanto, por eso sufre tanto, por eso es universal. Según la UNESCO, el Día Mundial de las y los Docentes representa un signo significativo de la concienciación, la comprensión y el aprecio desplegados ante la contribución vital de los profesores en aras de la educación y del desarrollo. La Internacional de la Educación cree firmemente que este Día de los Docentes debería ser internacionalmente reconocido y celebrado en todo el mundo.” (Tomado de Horacio Crespo y Dardo Alzogaray, Los estudiantes en el Mayo cordobés). Es la primera vez que celebro tal acontecimiento, y lo hago con orgullo y lo comparto con ustedes mis apreciados pensadores y pensadoras. Docentes hay en todas partes del mundo, pues todos los hombres y mujeres merecen, pero sobre necesitan que se les enseñe, eduque, instruya y forme para conducir el mundo pequeño o grande donde vive. “Más de 100 países celebran el Día Mundial de los Docentes”. La primera vez que se celebró tal fecha en 1994, yo estaba transitando el sendero del conocimiento compartido, entre libros que me hacían soñar con un mundo mejor cuando me graduara de educador. Cuando despertó Córdoba (Argentina) en 1969, era un niño, y ya estudiantes universitarios luchaban por alcanzar mejoras en el método y en quien lo impartiera. Hoy, 16 años después, comprendo que a lo mejor nunca obtenga tan significativo título, que, por cierto, ostentan los grandes maestros de la historia. Pero no importa, rindo homenaje no sólo a ellos sino a los docentes anónimos que no salen en portadas de revista, que dedican o dedicaron sus días y noches a contemplar la palabra para hacerla soñadora, a conducir la tiza para hacerla productora, a llamar la atención para hacerla cierta y formadora, a deslumbrar el alba cuando la preocupación aflora, a no dejar de reír, de cantar, a no dejar de ser por pensar o no dejar de pensar para ser, a no dejar el libro a medio leer. Un rasgo original del movimiento estudiantil de 1969 fue el ejercicio de la crítica a la organización, los contenidos y la práctica de la enseñanza”. Al docente del mundo, de la ciudad, que detiene sus sueños para atender los de otros, o reprime su llanto para calmar otro, porque el hombre llora en todas partes, porque el saber no abunda en todas partes y porque aunque lo quisieras no alcanzas el saber que te sobrepasa. El que está en el campo donde el canto del ave lo hace más sensible a la libertad o el que enclaustrado en la selva que ahora es la ciudad, inventa cantos de pájaros para no dejar de soñar, e inventa sonidos de los ríos para sentir de verdad. A ti que eres único, sí, universal, que eres grande, sí, responsable de sembrar igualdad, cultivar derecho, cosechar la paz y construir sueños; que eres santo aunque no para el altar, y dejas eso a los que creen en cultos que  no liberan, a los flojos que no sueñan, que no se equivocan. Escribo esto pensando en ti docente que dejas la vida lentamente cada día, cada hora, cada minuto, que comparte sus sueños para que otros nunca dejen de soñar; que delira.., que lloras porque eres valiente,que sollozas en silencio porque tienes corazón y que grandeza: docente, docente ¿Quién inventó esa palabra? ¿Quién la hizo universal? ¿Quién la hizo sabia?, sobre todo, ¿Quién la hizo grande, única?  No quiero saber de luces porque hay sol, no quiero saber de sol porque deseo luna, pero no es suficiente la luna; los quiero ambos, pero me detengo y me deslumbra el día que comienza muy temprano y la noche que no llega tan de prisa. “Lo distintivo de 1969 fue la radicación de los planteamientos y el inicio de lo que podríamos llamar acción directa en muchas cátedras, escuelas y facultades, contra los profesores que eran considerados los representantes más evidentes del statu o la política de la dictadura en lo académico: mala calidad de sus conocimientos, desactualización, falta de pluralismo en los discursos, autoritarismo en la relación docente-alumno”. ¿Dónde estamos ahora amigo? ¿Te has preguntado? Sí, seguro que te has preguntado. Aquí estoy, docente, y me alegra que existas y me entristece que mueras, para no morir nunca, para ser recordado siempre; para ser eterno. ¡Felicidades en tu Día Mundial!

No hay comentarios:

Publicar un comentario